15. Después Ezequías oró ante el SEÑOR y dijo: «SEÑOR, Dios de Israel el que está sentado en su trono entre los querubines, tú eres el único Dios de todas las naciones de la tierra.
16. SEÑOR, presta atención, escucha. SEÑOR, abre tus ojos y mira. Oye las palabras que Senaquerib envió para insultar al Dios vivo.
17. Es muy cierto, SEÑOR, que los reyes de Asiria han destruido las naciones y sus territorios,
18. han tirado sus dioses al fuego, aunque en realidad no eran dioses, sino producto de los seres humanos; eran de madera y piedra, y por eso fueron destruidos.
19. Ahora te suplico Dios, SEÑOR Dios nuestro, sálvanos de caer en manos de ese rey, para que todos los reinos de la tierra sepan que tú, SEÑOR, eres el único Dios».