2 Reyes 18:7-23 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

7. El SEÑOR apoyaba a Ezequías y tuvo éxito en todo lo que hacía. Ezequías se rebeló contra el rey de Asiria y no le siguió sirviendo,

8. derrotó a los filisteos hasta Gaza y sus alrededores y a todas las ciudades filisteas, desde la más pequeña hasta la más grande.

9. Salmanasar, rey de Asiria, fue a luchar contra Samaria y su ejército rodeó la ciudad en el cuarto año del reinado de Ezequías, rey de Judá, que era al mismo tiempo el año séptimo del reinado de Oseas hijo de Elá, en Israel.

10. Al fin del tercer año, Salmanasar capturó Samaria y tomó posesión de la ciudad durante el año sexto del reinado de Ezequías, que era al mismo tiempo el noveno del reinado de Oseas en Israel.

11. El rey de Asiria tomó presos a los israelitas, los llevó a Asiria y los deportó a Jalaj, en el río Jabor, el río de Gozán, y a las ciudades de los medos.

12. Eso sucedió así porque los israelitas no le hicieron caso al SEÑOR su Dios ni mantuvieron su pacto. No cumplieron tampoco con todo lo que les había mandado Moisés, siervo del SEÑOR; ni hicieron caso a lo que les enseñó ni lo pusieron en práctica.

13. Durante el año catorce del reinado de Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, salió a atacar todas las ciudades fortificadas de Judá y las capturó.

14. Entonces Ezequías, rey de Judá, le mandó este mensaje al rey de Asiria que estaba en Laquis: «He cometido un grave error, retírate y te pagaré el tributo que me impongas». Entonces el rey de Asiria le exigió a Ezequías, rey de Judá, que le pagara nueve mil novecientos kilos de plata y novecientos noventa kilos de oro.

15. Ezequías le entregó toda la plata que estaba en el templo del SEÑOR y en la tesorería real.

16. En aquel tiempo Ezequías quitó el oro que cubría las puertas del templo del SEÑOR y los postes de las puertas, que él mismo había colocado ahí, y se lo entregó al rey de Asiria.

17. El rey de Asiria mandó a sus tres comandantes más importantes con un gran ejército para atacar al rey Ezequías en Jerusalén. Saliendo de Laquis fueron a Jerusalén y tomaron sus posiciones junto al acueducto, cerca del estanque superior que está camino al Campo del Lavandero.

18. Llamaron al rey y salieron a atenderlo Eliaquín hijo de Jilquías, que era el administrador del palacio real, el cronista Sebna y Joa hijo de Asaf, que era el secretario.

19. El comandante en jefe les dijo: —Díganle a Ezequías que esto es lo que dice el gran rey, rey de Asiria: »¿Por qué estás tan confiado?

20. ¿Acaso piensas que la guerra se hace tan sólo con palabras? ¿En quién te apoyas para rebelarte contra mí?

21. Mira, tú estás ahora confiando en esa vara astillada que es Egipto. Si uno se apoya en ella, hiere y traspasa la mano. Eso es lo que es el faraón, rey de Egipto, para todos los que se apoyan en él.

22. Si me sales con eso de que “confiamos en el SEÑOR nuestro Dios”, ¿no es ese el mismo del que Ezequías ordenó quitar los altares y santuarios de las colinas cuando les dijo a Judá y a Jerusalén: “Ustedes sólo deben adorar frente a este altar en Jerusalén”?

23. »Ahora, haz un tratado con mi señor, el rey de Asiria. Te daré dos mil caballos si puedes conseguir jinetes que los monten.

2 Reyes 18