2 Reyes 11:8-21 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

8. Rodeará al rey en todo momento a dondequiera que vaya, cada uno arma en mano. Matarán a cualquiera que se acerque».

9. Los capitanes obedecieron al sacerdote Joyadá en todo lo que ordenó. Cada capitán tomó sus soldados. Cada uno reunió a sus hombres, tanto a los que estaban de servicio en el templo el día de descanso como a los que quedaban libres. Todos fueron al sacerdote Joyadá,

10. y él les dio lanzas y escudos. Eran las lanzas y escudos que David había puesto en el templo del SEÑOR.

11. Los guardas estaban siempre preparados armas en mano, a la derecha e izquierda del templo y alrededor del rey.

12. Luego sacaron a Joás, el hijo del rey, le pusieron la corona y le dieron el memorial del pacto entre el rey y Dios. Entonces lo consagraron con aceite y lo proclamaron nuevo rey aplaudiendo y gritando: «¡Viva el rey!»

13. Atalía escuchó el ruido de los guardias y la gente, así que salió a ver a la gente al templo del SEÑOR.

14. Atalía vio al rey junto a la columna donde normalmente se paraba el rey, a los líderes y a los hombres tocando trompetas en honor al rey. Vio también a la gente muy alegre. Entonces Atalía se rasgó el vestido y gritó: «¡Traición, traición!»

15. El sacerdote Joyadá ordenó a los capitanes que estaban a cargo de los soldados: «Lleven a Atalía fuera del área del templo y maten a sus seguidores, pero no los maten dentro del templo del SEÑOR».

16. Así que los soldados agarraron a Atalía y la mataron cuando pasó por la entrada de los caballos del palacio.

17. Entonces Joyadá hizo un pacto entre el SEÑOR, el rey y el pueblo, en el que se comprometían a ser el pueblo del SEÑOR. Joyadá también hizo un acuerdo entre el pueblo y el rey.

18. Luego todo el pueblo fue al templo de Baal. Destruyeron la estatua de Baal y sus altares. Los rompieron en muchos pedazos y mataron a Matán, el sacerdote de Baal, delante de uno de los altares. Entonces el sacerdote Joyadá puso personal a cargo del mantenimiento del templo del SEÑOR.

19. El sacerdote condujo al pueblo desde el templo del SEÑOR hasta la residencia del rey, a través de la entrada de los guardias. Los quereteos y los capitanes iban junto al rey y el resto de la gente los seguía. El rey Joás se sentó en el trono.

20. Todo el pueblo estuvo contento y la ciudad quedó en paz después de que Atalía fue ejecutada a espada cerca de la casa del rey.

21. Joás tenía siete años cuando llegó a ser el rey.

2 Reyes 11