21. Llevaron siete toros, siete carneros, siete corderos y siete cabritos como sacrificio por el pecado a favor del reino, del templo y de Judá. El rey ordenó a los sacerdotes descendientes de Aarón que los ofrecieran en el altar del SEÑOR como sacrificio que debe quemarse completamente.
22. Ellos mataron a los toros, recogieron la sangre y la rociaron sobre el altar. Luego sacrificaron los carneros y rociaron la sangre sobre el altar y después sacrificaron a los corderos y rociaron la sangre sobre el altar.
23. Acercaron los cabritos para el sacrificio de purificación ante el rey y la asamblea, y les impusieron las manos.
24. Enseguida los sacerdotes los mataron y rociaron la sangre sobre el altar como sacrificio por el pecado de todo Israel, porque el rey había ordenado que el sacrificio que debe quemarse completamente y el sacrificio por el pecado se hicieran por el perdón de los pecados de todo Israel.
25. Ezequías instaló nuevamente en el templo del SEÑOR a los levitas que tocaban címbalos, arpas y liras, tal como habían mandado David, Natán el profeta y Gad, el vidente del rey. Ese mandato lo había dado el SEÑOR por medio de sus profetas.
26. Entonces los levitas tomaron sus lugares con los instrumentos de David, y los sacerdotes tocaron las trompetas.
27. Luego Ezequías dio la orden de ofrecer en el altar el sacrificio que debe quemarse completamente, y en ese momento preciso empezaron los cantos en honor del SEÑOR y el sonido de las trompetas y los instrumentos de David, rey de Israel.
28. Toda la asamblea permaneció adorando de rodillas mientras cantaban los cantores y sonaban las trompetas; todo esto duró hasta que se consumió el sacrificio que debe quemarse completamente.
29. Cuando terminó esto, el rey y todos los que estaban con él se arrodillaron para adorar a Dios.
30. El rey Ezequías y los líderes ordenaron a los levitas que cantaran la alabanza al SEÑOR en las palabras de David y Asaf el vidente. Alabaron con alegría, se inclinaron y se postraron.
31. Luego el rey Ezequías dijo: «Ahora que ustedes se han consagrado al SEÑOR, acérquense al altar con sacrificios y ofrendas de acción de gracias para el templo del SEÑOR». Entonces la asamblea trajo sacrificios y ofrendas de acción de gracias, también los que quisieron hacerlo ofrecieron sacrificios que deben quemarse completamente.
32. De tal manera que la asamblea ofreció como sacrificios que deben quemarse completamente siete toros, cien carneros y doscientos corderos. Todo fue ofrecido como sacrificio que debe quemarse completamente al SEÑOR.
33. Las ofrendas consagradas fueron de seiscientos toros y tres mil ovejas.