2. Ezequías hizo lo que le agradaba al SEÑOR, tal como hizo su antepasado David.
3. En el primer mes del primer año de su reinado, Ezequías mandó abrir las puertas del templo del SEÑOR y las reparó.
4. Hizo venir a los sacerdotes y a los levitas y los reunió en la plaza oriental del templo.
5. Les dijo: «¡Escúchenme, levitas! Purifíquense ahora y purifiquen el templo del SEÑOR Dios de sus antepasados. Saquen del templo santo todo lo que sea impuro.
6. Porque nuestros antepasados se rebelaron e hicieron lo malo ante el SEÑOR nuestro Dios. Le dieron la espalda al SEÑOR y despreciaron el lugar donde él reside.
7. Cerraron las puertas del vestíbulo, apagaron las lámparas, dejaron de quemar incienso y no ofrecieron más los sacrificios que deben quemarse completamente en el templo santo del Dios de Israel.
8. »Debido a eso el SEÑOR se enojó con Judá y con Jerusalén, y permitió que quedaran hechos motivo de espanto, desolación y desprecio, tal como ustedes pueden comprobarlo con sus propios ojos.
9. Por eso nuestros antepasados cayeron muertos por la espada y nuestros hijos, hijas y esposas fueron llevados prisioneros.
10. Así que yo he tomado la decisión de hacer un pacto con el SEÑOR, Dios de Israel, para que deje de estar enojado con nosotros.
11. Entonces, hijos míos, no es el momento para que sean negligentes, porque el SEÑOR los has elegido a ustedes para que estén sirviendo ante su presencia, para que sean sus siervos y le quemen incienso».
12. Estos son los levitas que estuvieron dispuestos a trabajar inmediatamente: De los descendientes de Coat: Mahat hijo de Amasay y Joel hijo de Azarías. De los descendientes de Merari: Quis hijo de Abdí y Azarías hijo de Yalelel. De los descendientes de Guersón: Joa hijo de Zimá y Edén hijo de Joa.
13. De los descendientes de Elizafán: Simri y Jeyel. De los descendientes de Asaf: Zacarías y Matanías.
14. De los descendientes de Hemán: Jehiel y Simí. De los descendientes de Jedutún: Semaías y Uziel.
15. Ellos reunieron a sus parientes, se purificaron y entraron al templo del SEÑOR para purificarlo, tal como el rey había mandado conforme a las palabras del SEÑOR.
16. Después los sacerdotes entraron al interior del templo del SEÑOR para purificarlo. Sacaron al atrio del templo del SEÑOR todas las cosas impuras que encontraron en el templo del SEÑOR. Los levitas tiraron todo eso al arroyo de Cedrón.
17. Comenzaron a purificar el templo el primer día del primer mes, y para el día ocho del mes ya habían llegado al vestíbulo del templo del SEÑOR. Tardaron ocho días más en purificar el resto del templo del SEÑOR y para el día dieciséis del primer mes ya habían terminado.
18. Luego fueron y se presentaron ante el rey Ezequías y le dijeron: «Ya hemos purificado todo el templo del SEÑOR, incluso el altar de los sacrificios que deben quemarse completamente y todos sus utensilios; también la mesa donde se colocan las hileras del pan consagrado, con todos sus utensilios.