14. No se te olvide el don que recibiste por medio de profecía cuando los ancianos líderes te impusieron las manos.
15. Presta atención a estas cosas y dedica tu vida a hacerlas para que todos vean el avance de tu trabajo.
16. Ten cuidado con tu forma de vivir y con lo que enseñas. Si eres constante, asegurarás tanto tu salvación como la de los que escuchen tus enseñanzas.