1. Hermanos, no necesitamos escribirles nada sobre días y fechas.
2. Ustedes saben muy bien que el día en que el Señor regrese será una sorpresa, vendrá como cuando un ladrón llega en la noche.
3. Cuando la gente diga: «Estamos en paz y a salvo», la destrucción vendrá de repente así como le vienen de repente los dolores a una mujer a punto de dar a luz, nadie podrá escapar.
4. Pero ustedes, hermanos, no están viviendo en la oscuridad como para que ese día los tome por sorpresa como un ladrón.
5. Todos ustedes pertenecen a la luz y al día; no pertenecemos a la noche ni a la oscuridad.
6. Entonces no debemos ser como los demás ni estar dormidos, sino estar despiertos y tener dominio propio.
7. Pues los que duermen, duermen de noche y los que se emborrachan, se emborrachan de noche.
8. Nosotros pertenecemos al día, así que debemos tener control de nosotros mismos, protegiéndonos con la coraza de la fe y el amor, y usando la esperanza de salvación como casco protector.