10. Pero si dicen que avancemos, lo haremos. Esa será la señal de que el SEÑOR hará que los derrotemos.
11. Así que Jonatán y su ayudante dejaron que los filisteos los vieran. Los guardias dijeron: “¡Miren! ¡Los hebreos están saliendo de su escondite!”
12. Y les gritaban: “¡Acérquense para darles una buena lección!” Jonatán le dijo a su ayudante: «¡Sígueme, que el SEÑOR nos dejará derrotarlos!»
13. Así que Jonatán subió para combatir. A los filisteos que caían, el ayudante de Jonatán los remataba.
14. El espacio en que combatían era pequeño, pero en este primer ataque mataron a veinte soldados enemigos.
15. Todos los soldados filisteos se atemorizaron, los que estaban en el campo, en el campamento y en el fortín. Hasta los más valientes estaban asustados. ¡La tierra empezó a temblar y se llenaron aun más de pavor!
16. Desde Guibeá de Benjamín, los guardias de Saúl veían a los filisteos corriendo por todos lados.
17. Saúl le dijo a su ejército: «Pasen lista a ver quién falta». Pasaron lista y faltaban Jonatán y su ayudante.
18. Saúl le dijo a Ahías que trajera el efod. En ese tiempo Ahías llevaba puesto el efod.
19. Pero mientras Saúl le hablaba esperando una respuesta del Señor, aumentaron el ruido y la confusión en el campamento. Al final, Saúl le dijo a Ahías: «¡Ya basta, quita la mano del efod! Ya no hay tiempo para consultar al Señor».
20. Saúl reunió a su ejército y se dio al combate. Los filisteos estaban tan confundidos que peleaban entre sí a espada.
21. Los hebreos que antes se habían unido a los filisteos ahora se unían a los israelitas que estaban con Saúl y Jonatán.
22. Los israelitas que se escondían en la sierra de Efraín oyeron que los filisteos estaban escapando, así que ellos también se unieron a la batalla y empezaron a perseguir a los filisteos.
23. Así, salvó el SEÑOR a los israelitas aquel día. La batalla se extendió más allá de Bet Avén. Todo el ejército estaba con Saúl, quien ahora tenía alrededor de diez mil soldados. La batalla se extendió hasta cada ciudad de la sierra de Efraín.
24. Pero aquel día Saúl cometió un grave error porque forzó al pueblo a hacer la siguiente promesa: «¡El que coma antes de que anochezca y antes de que derrote a mis enemigos, será castigado!» Así que ningún soldado israelita probó bocado.
25. Al llegar el ejército al bosque notaron que había miel en el suelo.
26. Cuando la gente entró al bosque, vieron que corría la miel pero no la probaron porque temían romper la promesa.
27. En cuanto a Jonatán, él no sabía nada de la promesa. No había oído cuando su papá forzó al pueblo a hacer dicha promesa. Así que tomó un poco de miel con la punta de una vara que traía en la mano y en cuanto la probó se sintió mejor.
28. Uno de los soldados le dijo a Jonatán: —Tú papá forzó a los soldados a hacer una promesa y dijo que el que comiera hoy sería castigado. Por eso los hombres están débiles.
29. Jonatán dijo: —Mi papá le ha hecho mucho daño al pueblo. Miren cómo yo me siento mejor con sólo probar un poco de miel.
30. Hubiera sido mucho mejor comer de lo que les quitaron a sus enemigos hoy. Así habríamos podido matar a muchos más filisteos.