19. Ninguno de los israelitas sabía cómo trabajar el hierro, no tenían ningún herrero. Los filisteos no les enseñaban a los israelitas cómo trabajarlo porque tenían miedo de que hicieran espadas y lanzas.
20. Sólo los filisteos sabían afilar las herramientas. Así que si los israelitas necesitaban afilar los arados, los azadones, las hachas y las hoces, tenían que depender de los filisteos.
21. Por un arado o un azadón cobraban como ocho gramos de plata, y por un pico, un hacha o una aguijada cobraban como cuatro gramos.
22. Así que el día de la batalla el ejército israelita no tenía espadas ni lanzas, excepto Saúl y Jonatán.
23. Entre tanto, un grupo de filisteos avanzó hasta el paso de la sierra de Micmás.