1 Reyes 18:37-45 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

37. SEÑOR, atiende mi oración, muestra a la gente que tú, SEÑOR, eres Dios. Así la gente sabrá que tú los estás haciendo volver a ti».

38. Así que el SEÑOR hizo bajar fuego que quemó el sacrificio, la madera, las piedras e incluso la tierra alrededor del altar. El fuego también secó toda el agua de la zanja.

39. Todo el pueblo vio esto, se postró y comenzó a decir: «¡El SEÑOR es Dios! ¡El SEÑOR es Dios!»

40. Entonces Elías dijo: —¡Atrapen a los profetas de Baal! ¡Que no escape ninguno! Así que la gente los capturó y Elías los llevó al arroyo Quisón y los mató a todos.

41. Entonces Elías le dijo al rey Acab: —Ahora, come y bebe, porque viene una lluvia fuerte.

42. Entonces el rey Acab fue a comer. Al mismo tiempo, Elías subió al monte Carmelo. En la cima de la montaña Elías se agachó y puso su cabeza entre las rodillas

43. y le dijo a su siervo: —Mira hacia el mar. El siervo se acercó hasta donde podía ver el mar, pero respondió: —¡No veo nada! Elías le dijo que fuera de nuevo, y así lo hizo por siete veces.

44. Al volver por la séptima vez, el siervo le dijo a Elías: —Veo una nube pequeña, del tamaño del puño de un hombre. Viene del mar. Elías le dijo al siervo: —Ve y dile al rey Acab que prepare su carruaje para ir a casa. Si él no sale ahora, la lluvia lo va a detener.

45. Pasó el tiempo, el cielo se oscureció con las nubes, soplaba el viento y comenzó una lluvia fuerte. Entonces Acab subió al carruaje para irse a Jezrel.

1 Reyes 18