40. Entonces todo el pueblo subió a Jerusalén siguiendo con mucha alegría a Salomón tocando música con la flauta. Hacían tanto ruido que la tierra temblaba.
41. Mientras tanto Adonías y sus invitados estaban terminando de comer. Al rato Joab escuchó el sonido de la trompeta y preguntó: —¿Qué es ese ruido que viene de la ciudad?
42. Mientras Joab decía eso, llegó Jonatán, el hijo del sacerdote Abiatar. Adonías dijo: —Ven aquí, buen hombre, dame las buenas noticias.
43. Sin embargo Jonatán contestó: —Las noticias no son buenas para usted. El rey David ha proclamado rey a Salomón
44. y ordenó que el sacerdote Sadoc, el profeta Natán, Benaías hijo de Joyadá, y los mercenarios cretenses y filisteos hicieran montar a Salomón en la mula del rey.
45. Entonces el sacerdote Sadoc y el profeta Natán consagraron rey a Salomón junto a la fuente de Guijón. Volvieron todos a la ciudad festejando y ahora hay mucho ruido en la ciudad. A eso se debe lo que ustedes escucharon.
46. ¡Para colmo, Salomón está sentado en el trono del rey!
47. Los siervos del rey lo felicitan y expresan sus buenos deseos diciendo: “¡Que el reino de Salomón sea más fuerte que el de David!” y también: “¡Que tu Dios haga a Salomón aun más famoso de lo que te hizo a ti!” Hasta el mismo rey David está ahí. Desde su cama también él se inclina ante Salomón
48. y dice: “Alabado sea el SEÑOR Dios de Israel que eligió hoy a uno de mis hijos para reinar y me permitió que lo vieran mis ojos”.
49. Todos los invitados de Adonías se asustaron y cada uno salió por donde pudo.