1. Estimado pueblo elegido por Dios: Esta carta la escribo yo, Pedro, apóstol de Jesucristo. Un cordial saludo para ustedes que viven como extranjeros esparcidos por Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia.
2. Según el plan de Dios Padre, él los eligió de antemano y los purificó por medio del Espíritu para que lo obedezcan y sean rociados con la sangre de Jesucristo. Que Dios les dé abundantemente de su generoso amor y paz.
3. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos tuvo gran compasión y nos hizo nacer de nuevo por la resurrección de Jesucristo. Así nos dio la plena esperanza
4. de recibir una herencia que Dios tiene guardada para nosotros en el cielo; herencia que no se arruina, ni se destruye, ni pierde su valor.
5. Por medio de la fe, el poder de Dios los protege para que reciban la salvación que Dios les dará a conocer en el día final.