27. Hay esplendor y majestad ante su presencia; poder y alegría en su templo santo.
28. Familias de naciones, alaben al SEÑOR; den la gloria y el poder al SEÑOR.
29. Alaben el nombre del SEÑOR; lleven ofrendas ante él. Alaben al SEÑOR en su hermoso templo;
30. que toda la tierra tiemble delante de él. El mundo permanece firme, nunca será removido.
31. Que el cielo se alegre; que la tierra se ponga contenta. Que todo el mundo diga: «¡El SEÑOR es nuestro rey!»
32. Que griten de alegría el mar y todo lo que hay en él; que estén felices los campos y todo lo que crece en ellos.
33. Que los árboles del bosque canten de alegría ante el SEÑOR, porque él viene a gobernar el mundo.
34. Den gracias al SEÑOR, porque él es bueno; su fiel amor durará por siempre.
35. Pidámosle: «Sálvanos, Dios nuestro, reúnenos y sálvanos de entre las naciones para agradecer a tu santo nombre y alabarte con orgullo».
36. Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel, que siempre ha vivido y siempre vivirá. Entonces todo el pueblo dijo: «Así sea», y alabaron al SEÑOR.