4. Volvió a preguntarles:— ¿Conocen a nuestro pariente Tobit?Ellos dijeron:— Sí, lo conocemos.
5. — ¿Se encuentra bien de salud?Le contestaron:— Vive y se encuentra bien.Entonces Tobías agregó:— Es mi padre.
6. Ragüel se levantó de un salto, lo besó y rompió a llorar, mientras le decía:— ¡Bendito seas, hijo! Tienes un padre excelente. ¡Qué pena que un hombre tan recto y caritativo se haya quedado ciego!Y lloraba abrazado a su pariente Tobías.