Tobías 1:5-10 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

5. Todos mis hermanos, y también la tribu de mi antepasado Neftalí, ofrecían sacrificios sobre los montes de Galilea al becerro que Jeroboán, el rey de Israel, había mandado colocar en Dan.

6. Yo, sin embargo, acudía muchas veces, por lo general solo, a las fiestas de Jerusalén, cumpliendo así el deber prescrito a perpetuidad para todo Israel. Me apresuraba a llevar a Jerusalén los primeros frutos de la cosecha, las primeras crías y diezmos del ganado y la primera lana de las ovejas.

7. Lo entregaba todo a los sacerdotes, descendientes de Aarón, para ofrecer sacrificios sobre el altar. Y el diezmo del trigo, del vino, del aceite, de las granadas, de los higos y de otros frutos, se lo daba a los levitas que cumplían su servicio en Jerusalén. Cada seis años cambiaba este segundo diezmo por dinero, que luego gastaba cada año en Jerusalén.

8. Un tercer diezmo lo repartía entre los huérfanos, las viudas y los prosélitos que se habían unido al pueblo de Israel. Se lo entregaba cada tres años, y lo comíamos de acuerdo con lo prescrito por la ley de Moisés y siguiendo las instrucciones de Débora, madre de mi abuelo Ananiel —mi padre ya había muerto, dejándome huérfano—.

9. Cuando fui mayor, tomé por esposa a una mujer llamada Ana*, perteneciente a nuestra propia familia. De ella tuve un hijo, a quien puse por nombre Tobías.

10. Después de esto me deportaron a Asiria y, cautivo como estaba, llegué a Nínive. Por aquel tiempo, todos mis hermanos y mis compatriotas comían los mismos alimentos que los paganos,

Tobías 1