1. Cuando cesó el tumulto de la gente que rodeaba al consejo, Holofernes, jefe supremo del ejército asirio, se dirigió a Ajior en presencia de todos los extranjeros que allí se encontraban y de los moabitas, diciéndole:
2. — ¿Quién eres tú, Ajior, y quiénes son esos mercenarios de Efraín, para que profeticen entre nosotros como hoy lo has hecho tú, y decirnos que no vayamos a la guerra contra el pueblo de Israel porque su Dios los protege? ¿Acaso existe otro dios fuera de Nabucodonosor? Él desplegará su fuerza, los aniquilará sobre la faz de la tierra, y su Dios no podrá librarlos.