14. Judit le respondió:— ¿Quién soy yo para oponerme a mi señor? ¡Para mí será un motivo de alegría, hasta el día de mi muerte, hacer todo lo que a él le agrade!
15. Seguidamente se levantó y se atavió con sus vestiduras y con todas sus galas femeninas. Su criada, precediéndola, extendió ante Holofernes las pieles de oveja que Bagoas le había dado para que Judit, reclinada sobre ellas, tomara su alimento diario.
16. En cuanto entró Judit y se reclinó, Holofernes se sintió cautivado. Su espíritu se turbó y ardió de pasión por ella, pues desde que la vio por primera vez esperaba la ocasión de poseerla.
17. Le dijo Holofernes:— ¡Bebe y pásatelo bien con nosotros!
18. Respondió Judit:— Señor, beberé gustosamente, porque jamás, desde mi nacimiento, he vivido otro día tan hermoso como este.