Hebreos 6:4-17 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

4. Es imposible, en efecto, que quienes fueron un día iluminados, saborearon el don celestial, participaron del Espíritu Santo,

5. gustaron la dulzura del mensaje divino y experimentaron las maravillas del mundo futuro,

6. y a pesar de ello apostataron, puedan de nuevo convertirse y renovarse. Lo que hacen es crucificar otra vez en sí mismos al Hijo de Dios y exponerlo a público escarnio.

7. Y es que cuando la tierra embebe la lluvia que cae insistentemente sobre ella y produce plantas útiles a quienes la cultivan, es una tierra que ha recibido la bendición de Dios.

8. Pero si no produce más que cardos y espinas, es una tierra baldía, a un paso de ser maldecida, y acabará siendo pasto de las llamas.

9. A pesar de hablarles en este tono, estamos seguros, hermanos queridos, que van por buen camino en lo que respecta a la salvación.

10. Porque no es injusto Dios como para olvidarse de los afanes y del amor que, en atención a él*, ustedes han derrochado y siguen derrochando al servicio de los creyentes.

11. Sólo quisiéramos pedirles una cosa: que no den tregua a su empeño hasta que la esperanza se convierta por fin en plena realidad.

12. Y no sean perezosos; antes bien, imiten a quienes, mediante la fe y la constancia, están a punto de heredar las promesas divinas.

13. En efecto, cuando Dios hizo la promesa a Abrahán, al no tener otro más grande por quien jurar, juró por sí mismo diciendo:

14. Te colmaré de bendiciones y haré innumerable tu descendencia.

15. Abrahán, por su parte, gracias a su paciente esperanza, alcanzó la promesa.

16. Los hombres, cuando juran, lo hacen por uno superior a ellos y, una vez interpuesto el juramento como garantía, ya no hay más que discutir.

17. Igualmente, queriendo Dios asegurar a los herederos de la promesa que su decisión era irrevocable, interpuso un juramento.

Hebreos 6