28. Haré que el pánico cunda delante de ti, poniendo en fuga ante ti a jeveos, cananeos e hititas.
29. Pero no los expulsaré en un solo año, no sea que el país se convierta en un desierto y las fieras salvajes se multipliquen en perjuicio tuyo.
30. Los iré expulsando poco a poco, a medida que vayas haciéndote más numeroso y adueñándote del país.
31. Fijaré tus fronteras desde el mar de las Cañas* hasta el mar de los filisteos*, y desde el desierto hasta el río Éufrates. Yo he puesto en tus manos a los habitantes del país para que puedas expulsarlos.