5. Que se lo entregue a los encargados de las obras del Templo, para que paguen a los obreros que llevan a cabo la reparación de los desperfectos del Templo,
6. carpinteros, constructores y albañiles, y para que compren madera y piedras labradas con destino a la reparación del Templo.
7. Y que no se les pida cuenta del dinero entregado, porque actúan con honradez.
8. El sumo sacerdote Jilquías dijo al secretario Safán:— He encontrado en el Templo el Libro de la Ley.Jilquías entregó el libro a Safán y este lo leyó.