4. se presentó ante el rey Demetrio, alrededor del año ciento cincuenta y uno, llevándole una corona de oro, una palma y los habituales ramos de olivo procedentes del Templo. En aquella ocasión no dijo nada,
5. pero más tarde encontró una oportunidad favorable para sus torpes designios, pues Demetrio lo citó juntamente con sus consejeros y le preguntó cuáles eran las disposiciones y los planes de los judíos. Alcimo le respondió:
6. — Los judíos llamados asideos, cuyo jefe es Judas Macabeo, fomentan la guerra y las sediciones, no permitiendo que el reino permanezca en paz.
7. Por eso, yo mismo, que he sido despojado de mi dignidad hereditaria, o sea, del sumo sacerdocio, he venido ahora aquí:
8. en primer lugar, porque estoy sinceramente interesado en los asuntos del rey; y después por atender al bien de mis conciudadanos, pues toda nuestra nación está sufriendo no pocas desdichas a causa de la locura de los asideos.
9. Por tanto, tú, oh rey, infórmate bien de todo esto y, de acuerdo con tu humanidad y generosidad, toma las medidas que mejor convengan a nuestro país y a nuestro pueblo que está amenazado por uno y otro lado.
10. ¡Mientras Judas siga vivo, será imposible que haya paz en el reino!
11. Al escuchar las palabras de Alcimo, los demás amigos del rey y enemigos de Judas, se apresuraron a excitar todavía más la ira de Demetrio.
12. Este eligió en seguida a Nicanor, que tenía bajo su mando la división de elefantes, lo nombró gobernador de Judea y lo envió
13. con la orden de acabar con Judas, de dispersar sus tropas y restablecer a Alcimo en el sumo sacerdocio del más excelso de los Templos.
14. Los paganos, que habían huido de Judea por temor a Judas, se unieron en masa a Nicanor, pensando que el infortunio y la derrota de los judíos redundaría en su propio beneficio.
15. Pero cuando los judíos se enteraron de la llegada de Nicanor y de la invasión de los paganos, se arrojaron polvo sobre la cabeza e invocaron a Dios, que había establecido para siempre a su pueblo y protegía sin cesar su heredad de modo manifiesto.
16. Obedeciendo la orden de Judas, su jefe, partieron inmediatamente desde el lugar donde estaban y trabaron combate con los paganos junto al pueblo de Desau.
17. Simón, el hermano de Judas, que había entrado en combate con Nicanor, sufrió un ligero contratiempo a causa del repentino ataque del enemigo.
18. Sin embargo, Nicanor, que conocía el valor y la audacia con que Judas y los suyos combatían por su patria, resolvió evitar mayores derramamientos de sangre;
19. así que envió a Posidonio, Teodoto y Matatías para negociar la paz.