17. Simón, el hermano de Judas, que había entrado en combate con Nicanor, sufrió un ligero contratiempo a causa del repentino ataque del enemigo.
18. Sin embargo, Nicanor, que conocía el valor y la audacia con que Judas y los suyos combatían por su patria, resolvió evitar mayores derramamientos de sangre;
19. así que envió a Posidonio, Teodoto y Matatías para negociar la paz.
20. Después de examinar atentamente las condiciones propuestas, Judas se las comunicó a sus tropas, que manifestaron su conformidad y dieron el visto bueno al tratado.
21. Señalaron un día para que ambos jefes se reunieran en privado, avanzó un carro de combate por bando y se sentaron el uno frente al otro.
22. Judas había situado en lugares estratégicos gente armada, dispuesta a intervenir si, inesperadamente, el enemigo los traicionaba. Pero en aquella entrevista llegaron los jefes a un acuerdo.
23. Nicanor residió por algún tiempo en Jerusalén. Allí se condujo con corrección, y licenció a las tropas que se le habían unido en masa.
24. Siempre tenía junto a él a Judas, a quien apreciaba sinceramente:
25. e incluso le aconsejó que se casara y tuviera hijos. Judas, siguiendo su consejo, se casó y vivió tranquilamente, gozando de la vida.
26. Pero Alcimo, al ver la amistad que había surgido entre los dos, se presentó a Demetrio después de haberse procurado una copia del tratado concertado, y acusó a Nicanor de faltar a los intereses de la nación, puesto que había nombrado sucesor suyo a Judas, que era enemigo del reino.
27. El rey se enfureció sobremanera debido a las calumnias de aquel gran malvado y escribió a Nicanor comunicándole que él estaba en contra del pacto y ordenándole que pusiera preso al Macabeo y lo enviara inmediatamente a Antioquía.
28. Cuando Nicanor recibió la carta, se llenó de consternación, porque no quería romper el pacto, ya que Judas no había cometido ninguna mala acción.
29. Pero como tampoco podía oponerse al rey, andaba buscando una oportunidad favorable para cumplir la orden valiéndose de alguna estratagema.
30. Por su parte, el Macabeo, al ver que Nicanor se conducía más fríamente con él y lo trataba con mayor dureza, comenzó a sospechar que su comportamiento no presagiaba nada bueno. Entonces reunió un grupo numeroso de los suyos y se ocultó con ellos de Nicanor.
31. Al advertir Nicanor que Judas le había burlado limpiamente, se presentó en el augusto y santo Templo a la hora en que los sacerdotes ofrecían el sacrificio acostumbrado, y les ordenó que le entregaran a Judas.
32. Ellos afirmaron con juramento que no sabían dónde se encontraba,
33. pero él, extendiendo la mano derecha hacia el Templo, juró que, si no le entregaban preso a Judas, arrasaría el Templo de Dios, destruiría el altar y allí mismo levantaría un espléndido templo al dios Dionisos.
34. Dicho esto, se retiró. Los sacerdotes, levantando entonces las manos al cielo, invocaron con estas palabras a aquel que siempre había combatido a favor de nuestra nación: