12. Que el Señor los llene a rebosar de un amor mutuo y para con todos tan grande como el que nosotros sentimos por ustedes.
13. Que los haga, en fin, interiormente fuertes e irreprochables en cuanto consagrados a Dios*, nuestro Padre, para el día en que Jesús, nuestro Señor, se manifieste* acompañado de todos sus elegidos.