40. Una fracción del ejército del rey se desplegó sobre las cumbres de las montañas; la otra se quedó en la parte baja, avanzando todos con seguridad y ordenadamente.
41. Al oír el ruido de aquella muchedumbre en marcha, y el fragor de sus armas, los israelitas temblaron de espanto, pues era aquel un ejército enorme y poderoso.
42. Pero Judas avanzó también con sus tropas para presentar batalla y cayeron seiscientos hombres del ejército del rey.
43. Eleazar, también llamado Avarán, vio un elefante que iba protegido con una armadura real y que sobresalía por encima de los demás. Pensando que sería el del rey,
44. entregó su propia vida para salvar a su pueblo y alcanzar fama inmortal.
45. Echó, pues, a correr valerosamente hacia el elefante por en medio del batallón matando gente a derecha e izquierda. De ese modo se abrió paso a uno y otro lado,
46. hasta que consiguió ponerse debajo del elefante al que atacó y mató. Pero el animal, al desplomarse, cayó sobre Eleazar, que murió allí mismo.
47. Los israelitas, al ver el poderío del rey y el ímpetu con que su ejército atacaba, se retiraron.
48. El ejército real subió hasta Jerusalén en su persecución, tomando posiciones contra Judea y el monte Sión.