16. Apenas Judas y el pueblo oyeron estas palabras, convocaron una gran asamblea para decidir qué debían hacer por sus hermanos que, atacados por sus enemigos, se encontraban en tan difícil situación.
17. Entonces dijo Judas a su hermano Simón:— Escoge unos hombres y ve a liberar a tus hermanos de Galilea. Entre tanto yo iré a Galaad.
18. Para defender Judea dejó, con el resto del ejército, a José, hijo de Zacarías, y a Azarías, jefe del pueblo.
19. Les dio esta orden:— Cuiden del pueblo, pero no entren en combate con los paganos hasta que nosotros hayamos regresado.
20. A Simón se le asignaron tres mil soldados para su campaña de Galilea; y ocho mil a Judas, para la de Galaad.
21. Así pues, Simón se fue a Galilea, donde libró muchas batallas contra los paganos, a los que derrotó
22. y persiguió hasta las mismas puertas de Tolemaida. De los paganos cayeron unos tres mil hombres, y Simón se apoderó de su botín.
23. Luego tomó consigo a los judíos que vivían en Galilea y Arbata, junto con sus mujeres, sus hijos y todos sus bienes, y volvió a Judea lleno de alegría.
24. Por su parte, Judas Macabeo y su hermano Jonatán cruzaron el Jordán y caminaron tres días por el desierto.
25. Allí se encontraron con los nabateos, que los recibieron pacíficamente y les contaron todo cuanto les había sucedido a sus hermanos en Galaad.
26. Les dijeron que muchos de ellos estaban prisioneros en Bosrá, Bosor, Alemá, Casfó, Maqued y Carnáin, ciudades todas grandes y fortificadas.
27. También les dijeron que había prisioneros en las demás ciudades de Galaad, y que sus enemigos estaban preparados para atacar y tomar las fortalezas al día siguiente, dispuestos a exterminar a todos los judíos en un solo día.
28. Entonces Judas y su ejército tomaron otra dirección, encaminándose rápidamente a Bosrá a través del desierto. Llegaron a la ciudad, la tomaron, pasaron a cuchillo a todos los varones, la saquearon y la incendiaron.
29. Al caer la noche, se dirigieron a la fortaleza de Datema.
30. Al amanecer vieron una innumerable multitud provista de escaleras y máquinas de guerra, dispuesta para atacar a los sitiados y tomar la fortaleza.
31. Judas vio que la batalla había comenzado: oyó un gran griterío en la ciudad y un fuerte sonido de trompetas que subía hasta el cielo.
32. Entonces dijo a los hombres de su ejército:— ¡Luchen hoy por nuestros hermanos!
33. Dispuso en tres columnas las tropas, las cuales avanzaron por la retaguardia del enemigo mientras sonaban las trompetas y oraban a gritos.
34. El ejército de Timoteo, al enterarse de que se trataba del Macabeo, emprendió la huida; y Judas les causó ese día una terrible derrota dando muerte a unos ocho mil soldados.