55. El pueblo entero se postró rostro en tierra, adorando y bendiciendo a Dios por la victoria que les había dado.
56. Durante ocho días celebraron la consagración del altar, ofreciendo con júbilo holocaustos y sacrificios de reconciliación y de acción de gracias.
57. Adornaron la fachada del Templo con coronas de oro y escudos; restauraron las entradas y las salas, y les pusieron puertas.
58. Todo el pueblo lo celebró con inmensa alegría, porque así se vieron libres del ultraje causado por los paganos.
59. Judas, sus hermanos y toda la asamblea de Israel estuvieron de acuerdo en que la consagración del altar se celebrara con júbilo y regocijo cada año, durante ocho días a partir del veinticinco del mes de Quisleu.
60. En ese tiempo, en torno al monte Sión, construyeron murallas y torres fortificadas, para evitar que los paganos volvieran de nuevo y profanaran aquellos lugares como lo habían hecho antes.
61. Judas puso allí una guarnición para defender el monte Sión, fortificando Betsur, para que el pueblo tuviera una fortaleza frente a Idumea.