33. Derríbalos con la espada de los que te aman, y que todos los que conocen tu nombre entonen para ti himnos de alabanza.
34. Los dos ejércitos se enfrentaron y cayeron en el combate unos cinco mil soldados del ejército de Lisias.
35. Este, al ver la derrota de los suyos y la valentía de Judas y sus soldados, dispuestos como estaban a vivir o morir con valor, se volvió a Antioquía, donde organizó un ejército de mercenarios todavía más numeroso para atacar de nuevo a Judea.
36. Judas y sus hermanos dijeron entonces:— Puesto que nuestros enemigos han sido derrotados, subamos ahora al Templo para purificarlo y consagrarlo.