5. pero de ningún modo se me ocurriría poner a salvo mi vida eludiendo este momento de peligro, pues yo no valgo más que mis hermanos.
6. Al contrario, defenderé a mi pueblo, al Templo, a las mujeres y a los hijos de ustedes, porque todos los paganos nos odian y se han juntado para exterminarnos.
7. Al oír estas palabras, el pueblo se enardeció
8. y comenzaron a decir a grandes voces:— ¡Tú eres ahora nuestro jefe, en lugar de tus hermanos Judas y Jonatán!
9. Dirígenos en nuestras batallas y haremos todo lo que nos mandes.