50. — ¡Hagamos las paces! ¡Que los judíos dejen de luchar contra nosotros y contra la ciudad!
51. Depusieron las armas, e hicieron la paz. En cuanto a los judíos, cubiertos de gloria ante los ojos del rey y ante todo su reino, se volvieron a Jerusalén con un enorme botín.
52. Pero sucedió que cuando Demetrio se afianzó en su trono y el país recobró la tranquilidad,
53. el rey no cumplió nada de lo que había prometido: no mantuvo su amistad con Jonatán ni le recompensó los servicios prestados, sino que le causó grandes trastornos.