81. Pero la gente de Jonatán se mantuvo firme, como él había ordenado, hasta que los caballos del enemigo se cansaron.
82. En aquel momento hizo Simón que sus tropas avanzaran y atacaran a la infantería enemiga, porque la caballería estaba ya extenuada. De ese modo los derrotó y los obligó a huir.
83. Toda la caballería se dispersó por la llanura, y los fugitivos llegaron a Azoto refugiándose, para salvarse, en el templo de su ídolo Dagón.
84. Jonatán incendió y saqueó Azoto y las aldeas vecinas. Incendió también el templo de Dagón, con todos los que se habían refugiado en él.