44. El rey envió mensajeros a Jerusalén y a las ciudades de Judá, con órdenes escritas de que se sometieran a aquellas costumbres extrañas al país:
45. debían suprimirse los holocaustos, los sacrificios y las ofrendas para el Templo; había que profanar los sábados y las fiestas,
46. contaminar el Templo y todas las cosas sagradas,
47. construir altares y templos a los ídolos, y sacrificar cerdos y animales impuros;
48. no se les permitía circuncidar a los niños y tenían que contaminarse a sí mismos con toda suerte de cosas impuras y profanas,
49. olvidando la ley y cambiando los mandamientos.
50. Cualquiera que no obedeciese las órdenes del rey, sería condenado a muerte.
51. Estos eran los términos en que el rey se dirigió por escrito a todos sus súbditos. Luego nombró inspectores sobre la gente y ordenó que se ofrecieran sacrificios en cada una de las ciudades de Judá.
52. Muchos del pueblo abandonaron la ley y, uniéndose a ellos, causaron tales daños al país