1. Busquen, pues, sin descanso el amor y ambicionen también los dones del Espíritu, pero sobre todo el don de comunicar mensajes de parte de Dios.
2. Pues quien habla un lenguaje misterioso se dirige a Dios, pero no a los seres humanos; impulsado por el Espíritu, habla de cosas misteriosas que nadie entiende.