3. No me arrastres con los impíos ni con los que obran iniquidad, que hablan de paz con su prójimo, mientras hay maldad en su corazón.
4. Dales conforme a su obra y según la maldad de sus hechos; dales conforme a la obra de sus manos; págales su merecido.
5. Porque no tienen en cuenta los hechos del Señor ni la obra de sus manos, El los derribará y no los edificará.
6. Bendito sea el Señor, porque ha oído la voz de mis súplicas.
7. El Señor es mi fuerza y mi escudo; en El confía mi corazón, y soy socorrido; por tanto, mi corazón se regocija, y le daré gracias con mi cántico.
8. El Señor es la fuerza de su pueblo, y El es defensa salvadora de su ungido.
9. Salva a tu pueblo y bendice a tu heredad, pastoréalos y llévalos para siempre.