2. Con arrogancia el impío acosa al afligido; ¡que sea atrapado en las trampas que ha urdido!
3. Porque del deseo de su corazón se jacta el impío, y el codicioso maldice y desprecia al Señor.
4. El impío, en la altivez de su rostro, no busca a Dios . Todo su pensamiento es: No hay Dios.