20. Ven, pueblo mío, entra en tus aposentos y cierra tras ti tus puertas; escóndete por corto tiempo hasta que pase la indignación.
21. Porque he aquí, el Señor va a salir de su lugar para castigar la iniquidad de los habitantes de la tierra, y la tierra pondrá de manifiesto su sangre derramada y no ocultará más a sus asesinados.