2. Ruego a Evodia y a Síntique, que vivan en armonía en el Señor.
3. En verdad, fiel compañero, también te ruego que ayudes a estas mujeres que han compartido mis luchas en la causa del evangelio, junto con Clemente y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.
4. Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez lo diré: ¡Regocijaos!
5. Vuestra bondad sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.