9. sino guardando el misterio de la fe con limpia conciencia.
10. Que también éstos sean sometidos a prueba primero, y si son irreprensibles, que entonces sirvan como diáconos.
11. De igual manera, las mujeres deben ser dignas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo.
12. Que los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus propias casas.