9. Podían ponerse sandalias, pero no llevar ropa de repuesto.
10. Les dijo:—Cuando entren ustedes en una casa, quédense allí hasta que se vayan del lugar.
11. Y si en algún lugar no los reciben ni los quieren oír, salgan de allí y sacúdanse el polvo de los pies, para que les sirva a ellos de advertencia.
12. Entonces salieron los discípulos a decirle a la gente que se volviera a Dios.
13. También expulsaron muchos demonios, y curaron a muchos enfermos ungiéndolos con aceite.
14. El rey Herodes oyó hablar de Jesús, cuya fama había corrido por todas partes. Pues unos decían: «Juan el Bautista ha resucitado, y por eso tiene este poder milagroso.»
15. Otros decían: «Es el profeta Elías.»Y otros: «Es un profeta, como los antiguos profetas.»
16. Al oír estas cosas, Herodes decía:—Ése es Juan. Yo mandé cortarle la cabeza y ahora ha resucitado.
17. Es que, por causa de Herodías, Herodes había mandado arrestar a Juan, y lo había hecho encadenar en la cárcel. Herodías era esposa de Filipo, hermano de Herodes, pero Herodes se había casado con ella.
18. Y Juan había dicho a Herodes: «No debes tener como tuya a la mujer de tu hermano.»
19. Herodías odiaba por eso a Juan, y quería matarlo; pero no podía,
20. porque Herodes le tenía miedo, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía. Y aunque al oírlo se quedaba sin saber qué hacer, Herodes escuchaba a Juan de buena gana.