19. Herodías odiaba por eso a Juan, y quería matarlo; pero no podía,
20. porque Herodes le tenía miedo, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía. Y aunque al oírlo se quedaba sin saber qué hacer, Herodes escuchaba a Juan de buena gana.
21. Pero Herodías vio llegar su oportunidad cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a sus jefes y comandantes y a las personas importantes de Galilea.
22. La hija de Herodías entró en el lugar del banquete y bailó, y el baile gustó tanto a Herodes y a los que estaban cenando con él, que el rey dijo a la muchacha:—Pídeme lo que quieras, y te lo daré.
23. Y le juró una y otra vez que le daría cualquier cosa que pidiera, aunque fuera la mitad del país que él gobernaba.
24. Ella salió, y le preguntó a su madre:—¿Qué pediré?Le contestó:—Pídele la cabeza de Juan el Bautista.
25. La muchacha entró de prisa donde estaba el rey, y le dijo:—Quiero que ahora mismo me des en un plato la cabeza de Juan el Bautista.
26. El rey se puso muy triste; pero como había hecho un juramento en presencia de sus invitados, no quiso negarle lo que le pedía.
27. Así que mandó en seguida a un soldado con la orden de llevarle la cabeza de Juan. Fue el soldado a la cárcel, le cortó la cabeza a Juan
28. y se la llevó en un plato. Se la dio a la muchacha, y ella se la entregó a su madre.
29. Cuando los seguidores de Juan lo supieron, recogieron el cuerpo y se lo llevaron a enterrar.
30. Después de esto, los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
31. Jesús les dijo:—Vengan, vamos nosotros solos a descansar un poco en un lugar tranquilo.Porque iba y venía tanta gente, que ellos ni siquiera tenían tiempo para comer.
32. Así que Jesús y sus apóstoles se fueron en una barca a un lugar apartado.