53. cuando una mujer arrojó una piedra de molino, la cual le cayó en la cabeza y le rompió el cráneo.
54. Abimélec llamó rápidamente a su ayudante de armas y le dijo: «Saca tu espada y mátame, porque no quiero que se diga que una mujer me mató.» Entonces su ayudante lo atravesó con la espada, y así murió.
55. Cuando los israelitas vieron que Abimélec había muerto, regresaron a sus casas.
56. De esta manera Dios hizo pagar a Abimélec el crimen que había cometido contra su padre al matar a sus setenta hermanos.
57. Y Dios hizo también que los de Siquem pagaran por todos sus crímenes. Así se cumplió en ellos la maldición de Jotam, el hijo de Jerubaal.