1. El Señor le habló a Josué y le dijo:
2. «Habla con los israelitas y diles que escojan ciudades de refugio, tal como lo ordené por medio de Moisés.
3. Si uno mata a otro accidentalmente, sin intención, puede huir a una de esas ciudades para protegerse de la venganza del pariente más cercano del muerto.
4. El que busque refugio en uno de esos lugares llegará a la puerta de la ciudad y hará su declaración ante los ancianos de la ciudad. Entonces ellos le permitirán entrar y le darán un lugar para vivir.
5. Si el pariente más cercano del muerto lo persigue, los ancianos de la ciudad no entregarán al refugiado, pues mató a su prójimo sin intención y no por tenerle odio.