1-2. Adonisédec, el rey de Jerusalén, tuvo mucho miedo cuando supo que Josué había tomado y destruido Ai, y que había hecho con ella y con su rey lo mismo que antes había hecho con Jericó y su rey, y que los gabaonitas habían hecho la paz con los israelitas y ahora vivían entre ellos. Esto último le causó mucho miedo, pues Gabaón era una ciudad importante, más grande que Ai y comparable a las gobernadas por un rey, y los gabaonitas eran valientes.
3. Por esta razón Adonisédec les mandó el siguiente mensaje a los reyes Hoham de Hebrón, Piram de Jarmut, Jafía de Laquis, y Debir de Eglón:
4. «Vengan acá y ayúdenme a pelear contra Gabaón, pues ha hecho un pacto con Josué y los israelitas.»
5. Así que los cinco reyes amorreos, o sea los reyes de Jerusalén, Hebrón, Jarmut, Laquis y Eglón, se juntaron y marcharon con sus ejércitos para acampar ante Gabaón y atacarla.
6. Por su parte, los que vivían en Gabaón le mandaron este mensaje a Josué, que estaba en el campamento de Guilgal: «No se niegue usted a ayudar a sus servidores. Venga pronto a ayudarnos y defendernos, pues todos los reyes amorreos de las montañas se han unido para atacarnos.»
7. Entonces Josué salió de Guilgal con todo su ejército de valientes,
8. y el Señor le dijo: «No les tengas miedo, porque yo voy a entregártelos, y ninguno de ellos va a poder hacerte frente.»
9. Josué salió de Guilgal y, avanzando por la noche, atacó por sorpresa a los amorreos.
10. El Señor hizo que ellos se asustaran mucho ante los israelitas, y así Josué mató a muchísimos en Gabaón. Después los persiguió por el camino de Bet-horón, y siguió matando amorreos hasta Azecá y Maquedá.
11. Al bajar los amorreos la cuesta de Bet-horón, mientras huían de los israelitas, el Señor soltó sobre ellos grandes piedras de granizo, que mataron más amorreos que las espadas de los israelitas.
12. Cuando el Señor entregó a los amorreos en manos de los israelitas, Josué le habló al Señor delante del pueblo y dijo:«Párate, sol, en Gabaón;párate, luna, en el valle de Aialón.»
13. Y el sol y la luna se detuvieronhasta que el pueblo se vengó del enemigo.Esto es lo que dice el Libro del Justo. El sol se detuvo en medio del cielo, y por casi un día entero no se puso.
14. Ni antes ni después ha habido otro día como aquel en que el Señor escuchó la voz de un hombre, pues el Señor peleaba a favor de Israel.
15. Después Josué y los israelitas volvieron al campamento de Guilgal,