5. “Di a todo el pueblo del país y a los sacerdotes: ‘Vosotros ayunáis y guardáis luto el quinto y el séptimo mes desde hace setenta años, pero no lo hacéis para honrarme a mí;
6. y cuando coméis y bebéis, lo hacéis para vuestro propio provecho.’ ”
7. ¿Acaso no son estas las mismas palabras que el Señor pronunció por medio de los antiguos profetas, cuando Jerusalén estaba en paz y llena de gente, y lo estaban también las ciudades de alrededor y las regiones del Négueb y la llanura?
8. El Señor se dirigió al profeta Zacarías y le dijo:
9. “Esto es lo que yo ordeno: Sed rectos en vuestros juicios, y bondadosos y compasivos unos con otros.
10. No oprimáis a las viudas, ni a los huérfanos, ni a los extranjeros, ni a los pobres. No penséis en cómo haceros daño unos a otros.”
11. Pero el pueblo se negó a obedecer. Todos volvieron la espalda y se hicieron los sordos.
12. Endurecieron su corazón como el diamante, para no escuchar la enseñanza y los mandatos que el Señor todopoderoso comunicó por su espíritu, por medio de los antiguos profetas.Por eso, el Señor se enojó mucho