11. Este Jesús es la piedra despreciada por vosotros los constructores, que se ha convertido en la piedra principal.
12. En ningún otro hay salvación, porque Dios no nos ha dado a conocer el nombre de ningún otro en el mundo por el cual podamos ser salvos.
13. Cuando las autoridades vieron la valentía con que hablaban Pedro y Juan, y se dieron cuenta de que eran hombres sin estudios ni cultura, se quedaron sorprendidos y reconocieron que eran discípulos de Jesús.
14. Además, el que había sido sanado estaba allí, con ellos, y por eso no podían decir nada en contra.