1. “Cuando hagáis el sorteo del territorio para dar a cada tribu su parte, reservaréis una porción de terreno de doce kilómetros y medio de largo por diez de ancho, que estará consagrada al Señor. Todo ese terreno será terreno sagrado.
2. De allí se reservará para el templo un cuadrado de doscientos cincuenta metros de lado, rodeado por una franja de pastos de veinticinco metros de ancho.
3. En la parte reservada al Señor se señalará un terreno de doce kilómetros y medio de largo por cinco de ancho, que será la parte más sagrada: ahí estará el templo.