1. El Señor se dirigió a mí y me dijo:
2. “Tú, hombre, habla en mi nombre contra los pastores de Israel. Diles: ‘Esto dice el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se cuidan a sí mismos! Lo que deben cuidar los pastores es el rebaño.
3. Vosotros os bebéis la leche, os hacéis vestidos con la lana y matáis las ovejas más gordas, pero no cuidáis el rebaño.