18. El Señor se dirigió a mí y me dijo:
19. “Traza dos caminos, para que el rey de Babilonia pase con su espada. Los dos caminos deben salir del mismo país, y al comienzo de cada camino pondrás una señal que diga a qué ciudad conduce.
20. Trazarás un camino por donde pase el rey con la espada. Las ciudades son Rabá de los Amonitas y Jerusalén, la ciudad fortificada de Judá.