5. las cuales cubrirán la tierra en tal cantidad que no se podrá ver el suelo. Se comerán lo poco que haya quedado después del granizo, y se comerán también todos los árboles del campo.
6. Llenarán tus palacios, las casas de tus funcionarios y las casas de todos los egipcios. ¡Será algo como nunca vieron tus padres ni tus abuelos desde sus días hasta los nuestros!’Al terminar de hablar, Moisés dio media vuelta y salió del palacio del faraón.
7. Entonces los funcionarios del faraón dijeron:–¿Hasta cuándo nos va a causar problemas este hombre? Deje Su Majestad que esa gente vaya a adorar a su Dios, el Señor. ¿Todavía no se da cuenta Su Majestad de que Egipto está arruinado?
8. El faraón mandó llamar otra vez a Moisés y Aarón, y les dijo:–Id a adorar al Señor vuestro Dios, pero antes decidme quiénes vais a ir.
9. Moisés contestó:–Tenemos que ir con nuestros niños y ancianos, hijos e hijas, y con nuestras ovejas y vacas, pues para nosotros es una gran fiesta en honor del Señor.
10. Pero el faraón les dijo:–¡Claramente se ven vuestras malas intenciones! ¿Cómo creéis que el Señor os va a acompañar, y que yo voy a dejar que os vayáis vosotros y vuestros niños?
11. Pues no va a ser así. Id vosotros, los hombres adultos, a adorar al Señor, ya que eso es lo que queréis.Y el faraón ordenó que los echaran de su presencia.
12. Pero el Señor dijo a Moisés:–Extiende tu brazo sobre Egipto, para que vengan las langostas y acaben con todas las plantas del país y con todo lo que quedó después del granizo.
13. Moisés extendió su brazo sobre Egipto, y el Señor hizo venir un viento del este que sopló sobre el país todo el día y toda la noche. Al día siguiente, el viento del este había traído las langostas,