31. No le hagáis eso al Señor vuestro Dios, porque todas las cosas despreciables que el Señor no soporta son las que esas naciones cometen para honrar a sus dioses, llegando al extremo de sacrificar a sus propios hijos en el fuego.
32. “Poned siempre en práctica todo lo que os he ordenado, sin añadir ni quitar nada.