10. Tanto creció, que llegó hasta el ejército del cielo, derribó parte de las estrellas y las pisoteó,
11. y aun llegó a desafiar al jefe mismo de ese ejército; suprimió el sacrificio diario y profanó el lugar de adoración.
12. Perversamente hizo que su ejército acampara donde antes se ofrecía el sacrificio, y echó por los suelos la verdad. Hizo, en fin, todo cuanto quiso, y en todo tuvo éxito.
13. “Después oí que un ángel preguntaba a otro ángel: ‘¿Cuándo va a terminar esto que se ve en el altar del sacrificio diario? ¿Cuánto va a durar el horrible pecado de entregar el santuario del Señor y los creyentes en él, para ser pisoteados?’
14. La respuesta fue: ‘Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas. Después de eso, el santuario será purificado.’